Friday, May 12, 2006

LOS GLOBETROTTERS DE FICCIÓN



Recuerdo que cuando yo tenía unos once años, hubo una época en la que el baloncesto estuvo más o menos de moda. Es decir, que durante el recreo, en vez de jugar a fútbol el 100% del alumnado masculino, sólo jugaba el 95%, mientras que el otro 5% trataba de esquivar los balonazos que venían en dirección perpendicular mientras emulaba a Andrés Jiménez, a Scottie Pippen o a Spud Webb, por decir alguno. Era la época en que proliferaban las revistas de baloncesto como Gigantes del Basket, o aquella otra en formato A3 a todo color cuyo nombre no recuerdo. Era la época en la que el antiguo Caja Bilbao estaba en primera división, y hasta aspiraba a jugar en los play-offs, o como se llamaran. La época en la que echaban por la tele los partidos de la NBA en Cerca de las Estrellas, aquel programa nocturno que hacía Ramón Trecet con el omnipresente Esteban Gómez. La época en la que hasta yo, que no hago deporte ni aunque me amenacen con secuestrar y matar a toda mi familia, me dedicaba a tirar triples en el patio de la ikastola casi a diario, y hasta ponía la tele expresamente para ver algún partido. Y fue durante esta época cuando vinieron a Bilbao nada menos que los Harlem Globetrotters, a actuar en directo en el pabellón de La Casilla para todos los bilbainos y bilbainas. Que para un chaval inocente de mi edad, era como para vosotros hoy en día cuando oís que en Basurto van a tocar Placebo y Guns'n'Roses y ya empezáis a mojar las bragas, con perdón de la expresión.

Por aquella época, se decía que los Globetrotters eran el mejor equipo del mundo, que hacían virguerías que ningún otro jugador del mundo podía hacer, que encestaban tiros de espaldas y con los ojos vendados, y ganchos desde el campo contrario, y que eran los auténticos dioses de este deporte. Cuando uno preguntaba a ver por qué no jugaban en la NBA si eran tan buenos, le decían que es que de lo buenos que eran se salían del baremo, por así decirlo. Vamos, que como superaban todo lo existente en materia de destreza baloncestística, pues no tenía mucho sentido que jugaran en ninguna liga ni campeonato, porque total iban a ganar de todas maneras.


La realidad, obviamente, era muy otra. La cuestión no radicaba en que los Globetrotters fueran jugadores tan cojonudos, que no lo eran, sino en que más que baloncestistas eran una suerte de artistas de circo ambulantes que viajaban por el mundo con su espectáculo (de ahí el nombre). Que vinieran los Globetrotters a tu ciudad no era muy distinto de que viniera el Cirque Du Soleil. Se trataba de un espectáculo de piruetas y cabriolas previamente ensayado para desatar el júbilo y la risa del respetable. La única diferencia que podía tener con un circo al uso era que todo el show estaba basado en actos de baloncesto. Se decía que los Globetrotters no eran realmente jugadores de baloncesto, sino artistas que hacían "baloncesto de exhibición". Venían a montar un espectáculo, y ojo, era un espectáculo de la hostia, pero un espectáculo al fin y al cabo. Cuando yo lo vi en el Pabellón de La Casilla, la cosa consistía (y supongo que sería la tónica general) en una sucesión de diversos números y coreografías sorprendentes ejecutadas por los señores afroamericanos del equipo, y después, un partido contra el equipo comparsa de turno, incluido en la gira, y contratado ex profeso para perder una y otra vez contra los Globetrotters en todas las canchas que pisaran (equipos ya expertos en la auto-humillación pública, como los Washington Generals o los New York Nationals).


Vale que la historia de los Globetrotters se remonta muy atrás, y que no siempre fueron un equipo de exhibición (por no hablar de que lo de "Harlem" era un mero reclamo comercial, porque la sede del equipo estaba en Chicago). Pero no voy a ahondar aquí en la curiosa historia y anecdotario de este singular equipo, si acaso se puede dejar para otro post, si es que los lectores tienen algún interés por el tema. Lo que ahora me interesa es la figura pública de estos deportistas como combo icónico de la cultura popular. Porque los Globetrotters, en su época de máxima gloria, llegaron a protagonizar películas, tebeos, programas infantiles, ¡y hasta tuvieron su propia serie de dibujos animados! Puede que en España esto de que los deportistas de élite acaben haciendo series y películas nos suene raro, quitando como mucho a un López Iturriaga, o a un Romay, por aquello de que se reciclaron a presentadores de televisión. Pero cuando hablamos de los States la cosa cambia mucho, porque allí la sociedad del espectáculo es la misma esencia de la civilización. En un país donde las elecciones a gobernador de California las ganan los actores de westerns y películas de acción, o donde un tío al que su mujer le corta la polla acaba destacando como actor porno, esto de que te concedan el honor de protagonizar tu propio producto audiovisual supone el mayor honor de cualquier famoso con algo de talento. En medio de esa sociedad en la que priman los adornos decorativos y las luces de colores, la fachada sobre el contenido, los que crecieron durante los años setenta, como el blogger Marty McKee, recuerdan a los Globetrotters como si recordaran a la Kelly Family, o como los españoles que estamos ya en la treintena recordamos a Parchís o a Enrique y Ana. Repasemos brevemente el historial catódico de estos artistas.

Su primera aparición estelar fue en la ya pleistocénica película THE HARLEM GLOBETROTTERS (1951). En la peli salían desde auténticos globetrotters haciendo de sí mismos ("Goose" Tatum, Marques Haynes, "Babe" Presley, Ermer Robinson, etc.) hasta auténticos actores profesionales para los personajes principales, como Dorothy Dandridge, Bill Walker o Angela Clarke. Curiosamente, también salía el entonces dueño del equipo, el mítico Abe Saperstein, como personaje, pero no "as himself", sino interpretado por el actor Thomas Gomez. La peli podría considerarse, hilando fino, un blaxploitation adelantado a su tiempo, aunque concentrara su argumento en torno al clásico drama para el público juvenil: un muchacho torpe en los estudios que abandona el instituto para ingresar en los Globetrotters, y de paso descubriendo el amor por una chica, con los virtuosos baloncestistas ejerciendo de secundarios graciosos pero tiernos. La peli incluye bastante metraje auténtico de partidos contra los Celtics, así como el célebre calentamiento del equipo al ritmo de la peculiar versión del Sweet Georgia Brown que tenían por himno.



De todos modos, la fiebre por los Globetrotters no llegaría hasta los 70, que fue cuando el equipo pasó a ser propiedad de Metromedia, una de las plataformas de radio y televisión más importantes de Norteamérica (un poco como nuestro grupo Prisa, por poner un ejemplo). Los directivos de esta corporación creyeron que el célebre equipo sería un perfecto reclamo para protagonizar una de esas series de animación de Hanna-Barbera que echaban los sábados por la mañana. Los Harlem Globetrotters, como protagonistas animados de la serie homónima, estuvieron en antena desde 1970 hasta 1973, primero en la CBS, y luego en la NBC (cambio de cadena que propició también el cambio del título de la serie a THE GO-GO GLOBETROTTERS), y fueron los primeros personajes de color (de color negro, digo) en protagonizar unos dibujos animados, si exceptuamos a Valerie Brown, la corista negra aquella que salía en JOSIE AND THE PUSSYCATS. El argumento de la serie no era tampoco muy original que digamos, y no distaba mucho del de otros cartoons deportivos tipo CAMPEONES, BATEADORES, etc. Los personajes son versiones animadas de los que por aquel entonces eran los auténticos "star players" de los Globetrotters, a saber, "Meadowlark" Lemon, "Curly" Neal, "Geese" Ausbie, "Gip" Gipson, y demás ídolos de la chavalería. A estos se sumaban otros personajes ficticios como Granny, que ejercía de entrenador y chófer del autobús del equipo, y el sempiterno perro Dribbles, la mascota del equipo. En mayo de 1973, esta primera serie dejó de emitirse, aunque Hanna-Barbera conservó los personajes, y hasta los utilizó para algunos episodios especiales de Scooby Doo, aquellos que duraban una hora y en los que acostumbraban a hacer crossovers con otros personajes del estudio (llegaron a salir "guest stars" tan ilustres como los Three Stooges o Batman y Robin).


Tras pasar varios años durmiendo el sueño de los justos, en 1979 Hanna-Barbera recuperó de nuevo a los Globetrotters para una nueva serie titulada THE SUPER GLOBETROTTERS consagrada en exclusiva a estos ases del baloncesto, y que ya rozó los límites del género Extreme Bizarre por antonomasia. Si no recuerdo mal, estos son los dibujos de los que incluso se pudo ver algún episodio en España, con el doblaje hispanoamericano habitual en la época. Atención al argumento: en esta serie, los Globetrotters ya no son simples baloncestistas, sino superhéroes con identidades secretas que tienen superpoderes y luchan contra supervillanos absolutamente rocambolescos. Los personajes son alter egos de los Globetrotters de moda por aquel entonces, como Twiggy Sanders, Sweet Lou Dunbar y Nate Branch (a quien por cierto, ponía la voz mi admirado Scatman Crothers). Tienen objetos mágicos, y Dunbar lleva oculto en su pelo afro una especie de taquilla dimensional en la que los personajes entran y se transforman en los superhéroes (un poco como Superman en la cabina telefónica). Las identidades secretas eran el descojono: Nate Branch se transforma en Liquidman (que tiene el control sobre el agua y sus propiedades), Twiggy en Spaghetti-Man (una especie de hombre estirable que puede usar su propio cuerpo como liana o escalera colgante), y Sweet Lou en Gizmoman (el hombre del pelo a lo afro del que extrae todo tipo de objetos en el momento en que más se necesitan). Otros Globetrotters más veteranos tampoco carecen de alter-egos absurdos: Curly Neal se convierte en Sphereman, un tío con miembros retractiles capaz de transformarse en un balón de baloncesto e ir dando botes por ahí o camuflarse en plan Mortadelo para espiar a los malosos de turno, y Geese Ausbie en Multiman, que podía auto-clonarse instantáneamente y generar varios tíos iguales que él. Y luego además, todos ellos pueden volar, claro.

Y si ya los protagonistas eran bizarros, qué decir de los incomparables villanos, como Museum Man (una especie de vigilante de un Museo de Historia Antigua capaz de hacer que los fósiles o las estatuas egipcias cobren vida), Bullmoose (que llevaba un sombrero con unos cuernos de ciervo, y que salía siempre secundado por un puñado de sidekicks de lo más chorra), o Tattoo Man (un extraterrestre que podía hacer que sus tatuajes cobraran vida propia). Este último personaje, según la Wikipedia, era idéntico a uno de los enemigos de Green Lantern, lo cual seguramente era una especie de guiño cómplice, puesto que Michael Rye, que interpretó al Green Lantern de los dibujos animados, era quien ponía también la voz del narrador en la serie que nos ocupa. La estructura de todos los episodios era más o menos la misma: los Globetrotters trabajan para Crimeglobe, una especie de satélite gigante con forma de balón de baloncesto, que es quien les encarga las misiones. Tras ingeniárselas para llegar hasta el malo de turno, los Globetrotters acaban siempre retando al villano y a sus secuaces a un partido de baloncesto, en plan duelo final en la cumbre. Al principio, los villanos utilizan sus superpoderes y empiezan ganando, pero finalmente los Globetrotters ponen en juego los suyos y acaban remontando el partido hasta acabar venciendo gloriosamente a los malos en el último minuto. El despiporre, vamos.


No fue esta la última aparición de los Globetrotters como personajes animados: los fans de Futurama recordarán que en cierta ocasión, en la popular serie de Matt Groening, los Globetrotters, que en el siglo 31 tienen un planeta propio, retan al Planeta Tierra a un partido de baloncesto. Pero dejando a un lado sus apariciones puntuales en diversos shows televisivos, el único programa propio que tuvieron estos señores físicamente (además de los dibujos, quiero decir) fue el célebre THE HARLEM GLOBETROTTERS POPCORN MACHINE, que se emitía los sábados por la mañana allá por 1974, y que era una especie de formato de humor con sketches, chistes, canciones, números de baloncesto, y algunos clips más o menos educativos, una especie de BARRIO SESAMO sin muñecos y protagonizado por estos deportistas ilustres.

En lo concerniente a la gran pantalla, y siguiendo con los crossovers con otros personajes de la cultura popular americana, los Globetrotters protagonizaron en 1981 la increíble película THE HARLEM GLOBETROTTERS ON GILLIGAN'S ISLAND, junto con Bob Denver y otros actores de la serie original de GILLIGAN'S ISLAND. La trama consistía en poco más que un episodio alargado de la serie original: los Globetrotters, que han ido a parar casualmente a la isla porque su avión se ha estrellado justo al lado (curiosamente, todos ellos sobreviven al siniestro), aprovechan ya que estan allí y ayudan a Gilligan y a los suyos a espantar a los típicos malos que quieren quedarse con la isla por su gran riqueza energética. En esta ocasión los villanos son el mad doctor de turno y su ayudante, que pretenden construir allí su super-ejército de robots para dominar el mundo, pero como viene siendo habitual, la cosa culmina en un partido de baloncesto final entre los Globetrotters y los robots del perverso científico, en el que por supuesto ganan los Globetrotters. Al parecer, el guión estaba pensado nada menos que para una peli protagonizada por las cheerleaders de los Dallas Cowboys (!!!), pero al final parece que el proyecto no prosperó y reciclaron el asunto para hacerla con los Globetrotters. Como es lógico, no he tenido el honor de ver esta joya del trash, ni creo que se pueda conseguir hoy en día con facilidad, pero Marty McKee la define en su blog como "what may possibly be the worst film ever made", lo cual la convierte en un producto ciertamente tentador para el aficionado. Tan sólo mencionar, a modo de anécdotas, que el villano lo interpretaba nada menos que el gran Martin Landau (no precisamente en el mejor papel de su carrera), y que había una escena en la que los Globetrotters luchaban contra un voraz tiburón del océano, al que derrotaban literalmente lanzándole balones de baloncesto en plan animal. Ni qué decir tiene que si algún lector de este blog tiene acceso a tan insólita joya televisiva, ya me la está pasando (pagaré religiosamente).


Y bueno, creo que tras este super-tocho ya es suficiente por hoy, que cualquier día me echan del blogger este por brasas. Queda emplazado para el porvenir algún otro post baloncestístico sobre los Globetrotters reales (aquí sólo hemos mencionado los de ficción), que contaron con figuras tan legendarias como Wilt Chamberlain, y convirtieron en Globetrotters honoríficos a personas tan cruciales para el destino de la humanidad como Henry Kissinger o el Papa Juan Pablo II. Y también algún otro sobre ese fascinante género cinematográfico que son las Películas de Baloncesto, como aquella con Gene Hackman, o la que hizo William Friedkin con Shaquille O'Neal. O ya puestos, y entrando ya en el terreno autobiográfico, me podría currar alguna Guía Oficial del Gran Kahuna que llevaría un título en plan Las Diez Mejores Maneras de Perder un Balón de Baloncesto, y que incluiría lecciones didácticas tan valiosas como la de Cómo Introducir un Balón Mikasa Inflado por el Hueco de un Ascensor, o la de Cómo Lograr que el Sultán Abdul Hamid II lance tu Balón fuera de la Ikastola justo bajo las Ruedas de un Camión (para un Puto Día que lo Sacas de Casa), pero esto ya implicaría sacar a relucir profundos traumas infantiles del autor de este blog, y bien sabemos que no hay necesidad de llegar a esos extremos. Que tengan todos un buen día.

7 Comments:

At 2:09 PM, Blogger Aura said...

Jajajaja, ignoraba tal proyección audiovisual, lo que sí recuerdo era al equipo de "flipados" de mi colegio que intentaban emular sus proezas.
Y también recuerdo haber leído como su visita a la Unión Soviética en plena Guerra Fría había sido un acontecimiento de gran relevancia política (¡!).

En fin, vivir para ver.

Eso sí, los Hanna Barbera los busco ya.

 
At 3:40 PM, Blogger Shiba said...

Dios, que desenmascare más cruel. ¡Siempre pensé que eran un equipo profesional-profesional! Es como cuando me enteré de que las bailarinas en realidad no bailan con los dedos extendidos y tensos, sino de puntillas sobre un taco de yeso.

Acojonante.

 
At 3:18 AM, Anonymous Anonymous said...

En Futurama creo que hay dos apariciones de los Trotters, una la que menciona Mr. Kahuna y otra en la que aparece el capitan del equipo como jurado de un concurso televisivo de cocina, ambas en la tercera temporada de la serie.

Enhorabuena por tu programa,

Billa Grese

 
At 3:53 PM, Blogger Shiba said...

En Los Simpson también salen los Globetrotters, si no recuerdo mal.

 
At 7:24 PM, Blogger . said...

que buen texto
pd: te robe una foto

 
At 5:41 PM, Anonymous Anonymous said...

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At 9:27 PM, Anonymous Anonymous said...

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