Monday, May 28, 2007

EL GOLPE DE LA LUFTHANSA (2/4)


3.
La policía no se equivocaba. Había un topo en la Lufthansa. En realidad, había más de uno, pero uno en concreto había sido el detonante de la operación: Louis Werner, empleado de la compañía y ludópata con eternos problemas de deudas. Él fue quien lo inició todo. Para él no tenía nada de extraño tener que vivir por encima de sus posibilidades, pero en aquel momento debía un total de 18.000 dólares a los corredores de apuestas y empezaba a verse con el agua al cuello. Téngase en cuenta que hablamos del típico americano de a pie con mujer, tres hijos, una querida, una hipoteca, un préstamo ilegal pendiente de pago y un sueldo de unos 15.000 dólares al año, lo cual, dada su poco recomendable costumbre de fundirse 3.000 dólares diarios en apuestas, ocasionaba que anduviera siempre con algún acreedor pisándole los talones. Este buen hombre ya había dado antes algún palo a la compañía. Concretamente dos años antes, en el 76, y en colaboración con otro empleado de la aerolínea llamado Peter Gruenwald, que se encargaba de controlar los cargamentos enviados al extranjero en el aeropuerto JFK. Werner y Gruenwald habían mangado un envío de marcos alemanes de la terminal de carga por valor de 22.000 dólares, y con la ayuda de un amigo de Werner (en realidad un amigo peculiar que se estaba tirando a su mujer a sus espaldas) lo fueron cambiando en diferentes bancos de Manhattan, siempre en cantidades inferiores a 500 dólares, para no despertar sospechas. Aunque se abrió una investigación en la que Werner fue en todo momento el principal sospechoso, no se pudo probar nada y la compañía tuvo que seguir teniéndolo en nómina. El caso es que ahora, ahogado de nuevo por las deudas, Werner le propuso a Gruenwald un nuevo golpe, pero Gruenwald pasaba de jugarse de nuevo el pellejo para sacar en limpio su triste comisión de 5.000 dólares. No merecía la pena jugarse tanto por tan poco, así que le dijo a Werner que sólo entraría en el ajo si se trataba de "algo grande". Así que Werner empezó a planear el robo de uno de los cargamentos de dólares que procedían de Alemania. Gruenwald se encargaría de elaborar el plan del atraco y de contratar a los hombres para llevarlo a cabo, y Werner, gracias a su cargo de supervisor, les proporcionaría un plano detallado de las instalaciones, los horarios del personal y un croquis con el funcionamiento exacto del sistema de alarmas.


Hasta aquí la idea inicial. Pero claro, el tiempo pasaba y los acreedores iban apretándole las tuercas a Werner cada vez más, y Gruenwald no conseguía dar con profesionales que cometieran el atraco, así que Werner decidió acelerar el proceso por su cuenta: en vez de robar el dinero, acudiría a uno de sus principales corredores de apuestas, Martin Krugman, a quien debía bastante pasta, y le daría el soplo para que fuera él quien organizara el golpe. Werner sabía que Krugman tenía tratos con la mafia y que podía conseguir gente que lo hiciera. Además, él les proporcionaría desde dentro toda la ayuda que necesitaran y sólo se llevaría una comisión del 10%, con la que sin duda podría pagar la deuda que tenía con Krugman (en un principio no se sabía cuánto dinero habría en cada cargamento, pero Werner había calculado que serían unos 2 millones de dólares, por lo que era previsible que con ese porcentaje pudiera liquidar sus deudas). Lo que Werner no sabía era que Krugman no era en realidad un mafioso de mucha enjundia, sino un simple wannabe que tenía negocios con algún miembro de la familia Lucchese, pero que en general ni siquiera les caía bien a sus hombres más influyentes. Martin "Bug Eyes" Krugman era el típico pesao que andaba siempre merodeando por los restaurantes y garitos en los que se reunía la banda de Paul Vario, haciéndose el colega enrollao a ver si trepaba algo en el área de influencias de gangsters importantes como Vario o Jimmy Burke, aunque fuera por accidente. Para que le pongáis cara, es el personaje que interpreta Chuck Low en UNO DE LOS NUESTROS (aunque le cambian el nombre por el de Morris Kessler), el gordo de la tienda de pelucas que está toda la película dándole el coñazo a De Niro. Bueno, pues ese. En la realidad, era un tío más bien delgado, calvo y prematuramente envejecido, que además de sus tiendas llevaba un garito clandestino de apuestas del que la mafia se llevaba una comisión a cambio de ofrecerle protección. Cuando Krugman recibió el soplo, no tardó en ir corriendo donde Henry Hill, el gangster con el que más confianza tenía, a contarle la buena nueva, imaginamos que con la esperanza de ganarse la confianza de la familia. En cuanto se enteró, Hill se puso en contacto con Jimmy Burke, que sería quien se encargaría de planear realmente el golpe.

4.
Hill y Burke eran en realidad integrantes de una banda de mafiosos conocida como la banda del Robert's Lounge, restaurante que era propiedad de Paul Vario y en el que se solían reunir los hampones en cuestión. Vario era un capo importante de la familia Lucchese, una de las principales familias de la mafia de Nueva York, por lo que se podría decir que la banda del Robert's Lounge era en realidad una ramificación de la familia Lucchese, aunque ninguno de sus integrantes fuera realmente miembro de la familia. A partir de aquí todo os tendría que sonar porque estamos hablando de los personajes que salen en la película: Vario toma el nombre de Paulie Cicero (encarnado por Paul Sorvino), y Jimmie Burke el de Jimmie Conway (Robert De Niro). El de Henry Hill (Ray Liotta) permanece tal cual, puesto que él mismo colaboró en el film y hasta ha acabado haciendo negocio con el film como reclamo autobiográfico, tal y como podéis ver en esta web, en la que hasta vende camisetas y gorras con el título de la película. El DVD de la edición especial de Warner hasta contiene un audiocomentario de la peli con el propio Hill y el agente del FBI que se encarga de su custodia, no os digo más.


Hill, Burke y el resto de la banda se dedicaban, bajo el beneplácito de Vario, a negocios lucrativos de la más variada índole, tales como el chantaje, la extorsión, el robo a mano armada, el asesinato, el secuestro, el soborno o el cobro a morosos con métodos no precisamente muy diplomáticos. Al igual que en las películas, ellos vivían así los siete días de la semana de forma cotidiana. Esa era su profesión, la de gángster. Se dedicaban a eso a tiempo completo y no se planteaban ser ninguna otra cosa. Aunque Hill sea el protagonista de la película, y la figura central a través de la cual conocemos al resto de la banda, en realidad no tuvo mucho que ver con el robo de la Lufthansa. De hecho, ni siquiera participó en él, que se sepa. Le dio el soplo a Burke y él se encargó de todo.

Burke, aka "Jimmy the Gent", era el equivalente más cercano al arquetipo del self-made man que pueda encontrarse en el mundo del hampa. De todos los que salen en la película, su personaje es probablemente el más fiel al modelo original. Tras una infancia repleta de desgracias dickensianas, de recibir malos tratos, de entrar y salir de orfanatos y correccionales, y de juntarse con todo tipo de lacras sociales, Burke se ganó su reputación de caballero de honor, curiosamente, en prisión. Lo detuvieron en Brooklyn a los 18 años por tratar de cobrar cheques falsificados. La policía lo apaleó y lo torturó para que delatara a los mafiosos para los que trabajaba, pero Burke no abrió la boca. Estuvo cuatro años en el penal de Aurburn, donde fue una figura muy respetada, pues se rumoreaba que tenía contactos con grandes capos de la mafia. Y aunque en aquel momento no fuera cierto, lo acabó siendo. La reputación de hombre leal sin piedad alguna le acompañó durante toda su vida. Se rumoreaba que había cortado en pedazos al ex-marido de su novia y repartido los cachos por la ciudad, sólo porque éste la rondaba. Se decía que había puesto a sus hijos nombres de asesinos famosos, que era el típico hombre que aplaudía en el cine cuando el malo mataba a algún personaje inocente. Era un mito viviente, un héroe del mundo del crimen, admirado y temido al mismo tiempo. Durante los años 60, su principal oficio era el secuestro y el sabotaje. Contrataba a estibadores para que lo ayudaran a interceptar los cargamentos que iban camino del aeropuerto JFK (entonces Idlewild), y disfrutaba con las cargas que robaba como si fuera un niño abriendo sus regalos de Navidad. Era un ladrón vocacional, alguien que disfrutaba realmente de su oficio, como si para él no fuera más que un juego en el que sabe que es bueno y que puede ganar con facilidad. A pesar de lo cual, la gente lo veneraba cada vez que entraba en algún garito ilegal de apuestas y se ponía a repartir propinas a todo el mundo, empezando por el tío que le abría la puerta y terminando por el camarero o el croupier. Confiaba tanto en sí mismo que le parecía imposible que sus planes fracasaran, y el robo de la Lufthansa no fue una excepción. Henry Hill lo describía con estas palabras: "La mayoría de los ladrones solían quitarle el carné de conducir al conductor del trailer a modo de advertencia. Así el camionero sabe que tú sabes dónde vive, y que si colabora demasiado con los polis o con la compañía de seguros puede tener problemas. Pero a Jimmy lo consideraban todo un caballero porque solía quitarles el carné de conducir de la cartera, como hacía todo el mundo, sólo que dejando un billete de 50 dólares en su lugar por las molestias. No imaginas cuántos amigos hizo en el aeropuerto sólo con eso. La gente lo adoraba. Los conductores solían dar el chivatazo a sus hombres cada vez que traían un cargamento valioso. La cosa se puso tan fea que los polis llegaron a enviar a todo un ejército para detenerle, pero no consiguieron nada, porque Jimmy plantaba cara a los polis y los convertía en sus socios. Jimmy era capaz de corromper a un santo. Decía que sobornar a los polis era tan fácil como dar de comer a los elefantes en el zoo: 'Lo único que necesitas son cacahuetes'."


El resto de los miembros de la banda del Robert's Lounge serán también de sobra conocidos para quienes hayan visto el film de Scorsese: Robert "Frenchy" MacMahon (interpretado por Mike Starr en la peli), un ex-empleado de Air France que daba soplos a Burke a cambio de una comisión, y que finalmente se asoció con él como contable y consejero financiero; Joseph "Joe Buddha" Manri (Clem Caserta en la peli), un hispano gordo que era compañero de piso y de juergas de MacMahon; Angelo Sepe, un ratero con un largo historial criminal y veterano de varias prisiones y correccionales; Stacks Edwards (Samuel L. Jackson en la peli), que no pertenecía realmente a la banda, pero que actuaba como músico de blues en el Robert's Lounge y prestaba servicios ocasionales para la banda, como chófer o recadista, siempre cobrando sus trabajos en especie con cargo a las partidas de mercancías robadas; Louis Cafora, un mafioso glotón que lideraba una red de narcotráfico y que pesaba unos 135 kilos; y como no, el ilustre Tommy de Simone (Joe Pesci en la peli, bajo el nombre de Tommy DeVito), que en la realidad no se parecía en nada a Pesci y sí a Errol Flynn, pues era un tío guaperas, alto y elegante que se las llevaba a todas de calle, aún siendo calcado a su personaje en cuanto a su carácter impulsivo e irascible de gatillo fácil. Todos ellos serían los encargados de llevar a cabo el golpe de la Lufthansa. Cinco de ellos, junto a otro miembro de la familia Gambino llamado Paolo LiCastri, formarían el equipo de seis hombres enmascarados que robaron el botín, mientras que Edwards se encargaría posteriormente de deshacerse de la furgoneta, y Jimmy Burke de proteger el dinero y asignar a cada uno su parte. Pero aunque tras la huida de la terminal de carga pareciera que todo iba como la seda, Edwards cometió un error garrafal al deshacerse de la furgoneta. Un error que activaría la fatal sucesión de asesinatos que irían encadenándose de forma trágica, como una macabra caída de piezas de dominó en la que cada pieza incriminatoria empujara a la siguiente, desconcertando por igual a la policía y a la ciudadanía de Nueva York.


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4 Comments:

At 10:52 PM, Blogger SisterBoy said...

Vaya igual que en el robo del tren de Glasgow, todo se descubrió porque a un idiota se le olvidó quemar la casa donde se refugiaban los bandidos.

 
At 11:07 PM, Blogger Aura said...

Voy siguiendo las entregas y esto es un culebrón.

Atonished...

 
At 11:41 PM, Blogger Ilse said...

A por el tercero. Ufffffffff!!

 
At 10:05 PM, Blogger Unknown said...

¡vaya! me gusta la pelicula y sabia que era un hecho real pero no que era tan fiel a la realidad

 

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